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Así fue la aparición sorpresa del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro: “Feliz domingo”

El máximo pontífice agradeció a los presentes por estar pendientes de su salud

Así fue la aparición sorpresa del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro: “Feliz domingo”
Estas fueron las palabras emitidas por el pontífice (AFP)

A pesar de los temas de salud que viene arrastrando desde inicio de año, el Papa Francisco sorprendió a los fieles al aparecer de imprevisto en la Plaza de San Pedro el domingo 6 de abril; lo hizo sentado en una silla de ruedas, en la que se encontraba saludando a los presentes, dos semanas después de haber sido dado de alta del hospital.

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“Feliz domingo a todos. Muchas gracias", expresó el máximo pontífice de 88 años en una voz muy baja, pero con una sonrisa en su rostro. Se le podía ver al Papa con una pequeña manguera de oxígeno bajo la nariz, consecuencia de una neumonía doble que lo mantuvo hospitalizado hasta por cinco semanas.

El pasado 23 de marzo fue dado de alta y agradeció a las personas que se mostraban preocuadas por su salud por las palabras de aliento que había recibido. Cuando fue dado de alta se le dio la indicación de que descansara al menos durante dos meses, que no se esforzara, y no estuviera en multitudes muy grandes.

"En este largo período de hospitalización, he tenido la oportunidad de experimentar la paciencia del Señor, que veo reflejada también en el incansable cuidado de los médicos y del personal sanitario, así como en la devoción y la esperanza de las familias de los enfermos“, comentó el Papa Francisco después de haber sido dado de alta del hospital de Roma.

El máximo pontífice ha finalizado sus primeras dos semanas de tratamiento de los dos meses que ordenaron los doctores, en donde ha llevado a cabo terapia física, respiratoria y del habla, y un tratamiento para una infección pulmonar persistente. Durante su aparición en la Plaza de San Pedro y como en la homilía leída por el arzobispo Rino Fisichella, el Papa habló sobre su experiencia en el hospital.

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Durante la homilía leída por Rino Fisichella, el organizador del Año Santo, el Papa Francisco dijo: “en este momento de mi vida comparto mucho: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de tener necesidad de apoyo. No es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir”.

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Jonathan Almazán

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