Remesas tendrían impuesto de 1% con el nuevo acuerdo del Senado de EEUU
Republicanos reducen propuesta de impuesto del 3.5% al 1% para facilitar aprobación y financiar plan migratorio de Trump
Senadores republicanos de Estados Unidos han presentado un nuevo borrador de su megaproyecto de ley de seguridad e inmigración, que contempla un impuesto del 1% sobre las remesas enviadas físicamente al extranjero. El gravamen, originalmente propuesto en niveles más altos, busca ayudar a financiar un ambicioso plan de seguridad fronteriza impulsado por el presidente Donald Trump.
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La iniciativa forma parte de un paquete legislativo integral que también aborda temas fiscales, energéticos y de defensa. El nuevo borrador ajusta significativamente la propuesta inicial, que contemplaba un impuesto de 3.5%, reduciéndolo al 1% para tratar de lograr mayor respaldo entre los legisladores y aligerar el impacto estimado en los migrantes.
El senador republicano Lindsey Graham, presidente del Comité de Presupuesto del Senado y principal promotor del texto, ha calificado el proyecto como “One Big Beautiful Bill” (“Un gran y hermoso proyecto de ley”), un nombre que alude directamente al estilo retórico de Trump. La meta es presentar el texto finalizado al presidente a principios del próximo mes.
¿Cómo funcionaría el impuesto?
El gravamen se aplicaría a todas las transferencias de remesas en forma física: efectivo, giros postales, cheques de caja o instrumentos similares. Según el borrador, el remitente del dinero pagaría el impuesto, mientras que las empresas encargadas de procesar las transferencias tendrían la obligación de recaudar el tributo y remitirlo trimestralmente al gobierno federal. En caso de que no se pague al momento de la transacción, el proveedor del servicio asumiría la responsabilidad de cubrirlo.
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Importante destacar que el impuesto no afectaría las transferencias electrónicas desde cuentas bancarias o realizadas con tarjetas de crédito o débito, una salvedad que busca limitar el impacto sobre ciertas formas de envío.
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Las nuevas disposiciones entrarían en vigor para todas las transferencias realizadas a partir del 31 de diciembre de 2025, de acuerdo con el texto presentado en el Senado.
Esta no es la primera vez que los republicanos buscan gravar las remesas. En los últimos meses se han presentado varias versiones con tasas más elevadas: la Cámara de Representantes manejaba escenarios de recaudación por hasta 26 mil millones de dólares con un impuesto más alto, mientras que el Senado originalmente había planteado una tasa de 3.5% que se calculaba recaudaría alrededor de mil millones de dólares.
Además, la actual versión sustituye una iniciativa previa del senador Eric Schmitt presentada el 10 de junio, que proponía un polémico impuesto del 15% sobre las remesas físicas, duramente criticado por grupos migrantes, defensores de derechos humanos y analistas económicos.
Financiamiento para la agenda migratoria de Trump
El megaproyecto de ley busca proveer cerca de 350 mil millones de dólares para reforzar la seguridad nacional y fronteriza. Entre sus partidas más destacadas figuran:
- 46 mil millones de dólares para ampliar el muro fronterizo con México.
- 45 mil millones para crear 100,000 camas en centros de detención migratoria.
- Contratación de 10,000 nuevos agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con bonos de 10,000 dólares por firmar.
- Incremento del número de agentes de la Patrulla Fronteriza.
El objetivo declarado por la administración de Trump sería lograr la deportación de aproximadamente un millón de personas al año, consolidando así la que describe como la mayor operación de deportación masiva en la historia del país.
Impacto en los migrantes y remesas hacia México
La propuesta preocupa especialmente a millones de migrantes latinoamericanos, sobre todo mexicanos, que lideran el envío de remesas desde Estados Unidos. Según cifras del BBVA, con un impuesto del 5% (como el propuesto anteriormente), el costo de enviar 350 dólares subiría de 6 a 23.5 dólares, casi cuatro veces más. Aunque la nueva tasa del 1% es mucho menor, sigue representando un costo adicional para migrantes de bajos ingresos que dependen de estas transferencias para sostener a sus familias.
En abril pasado, México recibió 4,761 millones de dólares en remesas, pero esa cifra representó una caída del 12%, la mayor desde septiembre de 2012. Analistas atribuyen la baja en parte a la incertidumbre por la política migratoria y comercial de Trump, así como a la desaceleración económica en Estados Unidos.
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